(Alcances en el poder de las mujeres durante la formación y esplendor del Imperio Nuevo, entre los años 1550 y 1070 antes de nuestra era).
Es Egipto como en ningún otro lugar del mundo durante la historia antigua, donde las mujeres desempeñaron un papel importante con determinados derechos que, desde luego sin llegar a una idílica igualdad de género, estaban por encima de otras culturas, como el hecho de poder manejar las finanzas de un negocio propio o el de una herencia.

Para las reinas el asunto llegó más lejos; una reina consorte podía alcanzar mucho poder de una manera indirecta en la toma decisiones y hubo casos muy interesantes en que tenían el control total, por lo que se me ocurrió hacer una clasificación de las más célebres situaciones, que no van en orden cronológico sino por jerarquía de mandato, de menor a mayor:

- La Gran Esposa Real
- La Reina Corregente
- La Reina Regente
- La Reina Faraón.
NEFERTARI: La Gran Esposa Real del Hijo de Ra
Es sabido por todos, que la máxima expresión de autoridad y poder elevado a divinidad en el antiguo Egipto; era la figura del Faraón, porque en vida representaba a la deidad de Horus y al morir formaría parte de Ra, el dios creador.

La reina representaba a Isis; la diosa esposa y madre.

El caso de Nefertari, la esposa de Ramsés II de la dinastía XIX, uno de los faraones más poderosos en toda la historia de Egipto; con un enorme ego proyectado en sus colosales monumentos de su propia imagen, con los que saturó a todo su territorio; de quien se dice engendró centenares de hijos, con decenas de mujeres; cayó rendido a la presencia de una sola; su amada esposa Nefertari.
En el harem era una reina secundaria que pronto desplazaría a Isis-Nefert la reina titular; por lo que se formaron dos bandos que generarían intrigas palaciegas dignas de una serie de Netflix.

Ramses le escribió un romántico poema, le mando a construir un templo y la más hermosa de las tumbas en valle de las reinas.
“La única, la amada sin igual ¡la más bella de todas! Es como la primera estrella resplandeciente al comienzo de un año feliz……Dulce es el habla de sus labios sin decir palabra inútil…” Ramses II
Le cedió la toma de varias decisiones diplomáticas, lo que nos hace darnos cuenta que además de su belleza y su poder seductor; lo que tenía era una gran facultad persuasiva. Una de las acciones políticas más relevantes que logró esta reina fue la del “Tratado de Quadesh”; convenció a la Reina Puduhepa, esposa del rey hitita Hattusili III, por medio de cartas de papiro para confabular una negociación; el primer tratado de paz documentado de la historia.

NEFERTITI: La Reina Corregente
Otra reina consorte con mucho más poder y carácter fue Nefertiti, que según los egiptólogos; gobernaba a la par de su marido el faraón Akenatón décimo de la dinastía XVIII (padre de Tutankamón), el cual pretendía destituir a todos los dioses e imponer a uno solo, al dios solar Atón; por lo que ocupaba más su tiempo en cuestiones religiosas y filosóficas que al Estado; motivo por el cual delegó a su esposa mediante una corregencia las tareas administrativas y políticas.
Una corregencia; era la manera en que dos personas compartían la responsabilidad de gobernar; por lo que se llega a especular que, a la muerte de Akenatón, ella pudo haber tomado el mando bajo el nombre de Semenejkara; el misterioso rey sucesor que hizo acto de presencia, al mismo tiempo que Nefertiti desaparece de contexto sin explicación. Desde luego sólo es una hipótesis que, aunque suene descabellada tiene su fundamento basado en la historia de las Reinas-Faraón, de lo que hablaré más adelante.

AH-HOTEP: La Reina Regente
Era claro que sólo un varón podía tener el privilegio de ser Faraón, una mujer no podía representar al dios Horus, sin embargo, hubo mujeres que llegaron a dirigir en su totalidad al Estado por medio de la regencia; la cual era un gobierno emergente en tiempos de caos, cuando no existía un heredero varón de línea directa; o el faraón sucesor apenas era un niño; por lo que la responsabilidad caía en manos de la reina viuda.

Ah-hotep como reina madre y regente lideró a su pueblo sin un ministerio o gabinete establecido; apenas contaba con los consejos de Tetisheri, su longeva madre. Eran tiempos difíciles, de reconstrucción por la guerra civil; su padre Senajtenra, su esposo Seqenenra Taa y luego su hermano menor Kamose; quienes fueran los reyes en turno, murieron consecutivamente en batalla cuando luchaban contra los hicsos (gobernantes extranjeros). El último heredero al trono era el hijo de Ah-hotep, un pequeño niño de cinco años de edad, por lo que ella tuvo que afrontar con mucho valor la responsabilidad de un reino devastado, creando algunas estrategias militares desde Tebas; además de criar y educar al pequeño Faraón quien llegó a ser; El Gran Amosis I; el fundador del Imperio Nuevo y de la dinastía XVIII; quien terminó de expulsar a los últimos hicsos, ya muy debilitados.

En la tumba de Ah-hotep, la reina libertadora, hallaron armas y en su momia, de su cuello colgaba un collar de moscas de oro, el cual era el mayor galardón militar en honor a la tenacidad y entrega a una causa, también hay una inscripción en Karnac que dice:
“Conoce los asuntos y se preocupa de Egipto”
HATSHEPSUT: La Reina Faraón
Según Manetón un historiador egipcio del siglo III, hubo cinco Reinas con la distinción auténtica de Faraón debido a situaciones excepcionales, pero solo tres de ellas están estrictamente confirmadas por los egiptólogos actuales; dos de ellas: Neferusobek, la última de la dinastía XII y Tausert, la última de la dinastía XIX; gobernaron por breve tiempo bajo circunstancias confusas; se les identifica como Reinas Faraón porque así lo dictan sus títulos en los cartuchos, entre otras pistas. Por lo que el caso de Hatshepsut resulta ser extraordinario; gobernó durante 20 años en uno de los periodos más pacíficamente estables y productivos en relaciones de comercio exterior; realizó obras monumentales que continúan en pie, sin embargo, alguien trato borrarla de la historia.

Hatshepsut era la única sobreviviente de cinco hijos de Tutmosis I de la dinastía XVIII y de la reina Ahmose, quien poseía títulos religiosos de «Esposa del dios» y «Divina Adoratriz» relacionados con el culto de Amón, que la colocaban en un nivel máximo comparable casi a la de un papa durante la edad media, por lo que se cree que venía de línea directa de Amosis I el fundador del Imperio Nuevo y su esposa Ahmose-Nefertari quien fue la primera en llevar esos títulos; lo que significaría que la bisabuela de Hatshepsut tendría que ser Ah-hotep la legendaria y heroica reina regente; la misma del galardón de las moscas de oro.

Se sabe de la importancia de una reina o Gran Esposa Real, en el sentido de la legitimidad en la sucesión del máximo gobernante, porque un Faraón debía ser hijo de una reina titular, a menos que ella no hubiera tenido hijos varones, entonces una de sus hijas (de sangre “real”) tenía que casarse con el hijo de una reina secundaria o una concubina del Faraón para que éste pudiera heredar el trono, razón por la cual era común la unión entre consanguíneos.
Entonces debido a eso Hatshepsut tuvo que casarse con el hijo de una concubina de su padre al que nombraron Tutmosis II. El nuevo faraón era frágil por lo que fue breve su gobierno, a la muerte de este le sucedió su hijo Tutmosis III que tuvo con otra mujer llamada Isis, pero este subió al trono siendo un niño por lo que Hatshepsut queda como regente. Sólo que esta vez mediante una argucia religiosa y por derecho de sangre se proclama Reina Faraón.

Resulta que sagazmente se inventó una historia basada en los títulos de su madre, ¿Recuerdan? «Esposa del dios» y «Divina Adoratriz» apelando mediante una teogamia, es decir una unión divina entre y el dios Amón y su madre, lo que significa, es que al ser la hija legítima de un dios automáticamente es un Faraón.
…tomando la forma encarnada del Gran Tutmosis I, el Ka (el alma) divino de Amón, Señor de la verdad, padre de los dioses, creador de los hombres y de sí mismo; Amón Ra planta su semilla celestial en el vientre de Ahmose, Divina Adoratriz, Esposa del Dios… Y le dijo de tu vientre nacerá mi hija la gobernante de Egipto.
Eso no implica que Hatshepsut haya destronado del todo a Tutmosis III, mientras él crecía fue bien educado y cuando llegó a la mayoría de edad le otorgó una corregencia. Ella dirigía Egipto mientras él andaba de campaña explorando otras tierras, pero eso a él le gustaba, posterior a Hatshepsut, él siendo faraón se la vivía entre campañas realizando numerosas conquistas que expandieron el territorio del imperio egipcio; algunos historiadores dicen que tenía complejo de Napoleón, pero yo digo que Napoleón era el que tenía complejo de Tutmosis; así que ella nunca fue “la malvada madrastra del cuento” como algunos arqueólogos antiguos afirmaron.

En un principio Hatshepsut se mostraba en sus esculturas y relieves murales como una reina, pero al paso, para generar más “respeto” por ser la representante de un dios masculino, tuvo que vestir a la usanza de un Faraón es decir como un hombre, se ponía barba postiza y demás atuendos, por lo que en otras representaciones en las que le se muestra como un varón, confundieron a los arqueólogos refiriéndose a ella como un gran faraón que llevo prosperidad a Egipto, pero cuando Champollion el padre de la egiptología se percató de que se trataba de una mujer, los mismos estudiosos cambiaron su versión a la de: era una reina usurpadora y ambiciosa.

Hatshepsut tuvo una hija, a la que llamó Neferura, la mayoría de los egiptólogos opinan que la princesa era hija de Tutmosis II, su marido; pero existe una ligera posibilidad, según rumores de que tal vez fuera de Senenmut; quien no pertenecía a la realeza, pero era un hombre instruido sabía muchas cosas, entre ellas; construir fabulosos templos, él era el arquitecto de la reina, «el favorito de la reina» dicen otros, muy cercano a ella, le otorgó el cargo de: Chaty, “el que es la voluntad del amo, los oídos y los ojos del rey” algo así como un primer canciller o magistrado, su mano derecha y no sólo eso, también era el mentor de Neferura.

Hatshepsut quería cambiar las cosas, pretendía formar una dinastía de “faraonas” por derecho propio de línea directa, quería terminar con eso de las reinas “incubadoras de faraones”, evitó a toda costa el matrimonio entre Tutmosis III y su hija para no legitimarlo, su niña era la de la sangre real, la que tenía por derecho que ser Reina Faraón. Le dio los títulos que tenía su madre; Esposa del dios, incluso la de Gran Esposa Real, como si fuera una reina consorte, solo que sin marido. Pero Neferura falleció siendo muy joven en condiciones poco claras, lo más sospechoso es que después de su deceso le siguieron Hapuseneb el sumo sacerdote, uno de sus apoyos y luego Senenmut el arquitecto. Muy trágico, sin embargo, ella continuó firme al mando; encabezó una expedición al territorio del Punt (en la costa africana del océano Índico) con fines pacíficos de comercio, un intercambio de maderas preciosas, incienso, mirra, oro y aleaciones; que hicieron prosperar a Egipto.

Durante el reinado de Tutmosis III, veinte años después se llevó a cabo algo denominado en latín: Damnatio Memoriae o “condena de la memoria”, lo que significa es que intentaron borrar toda la historia de Hatshepsut, todos los relieves y esculturas que la nombraran, afortunadamente eran muchas como para poder conseguirlo.

El legado de Hatshepsut quedo a la posteridad en el templo de Deir el Bahari, único en su diseño en todo Egipto; la perfecta armonía de proporciones de la obra del gran arquitecto Senenmut construida al pie de la roca de la montaña.


Publcación #19
Escrito por Magumy
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