ESPADAS MEDIEVALES LEGENDARIAS

Según el autor del Quijote, Miguel de Cervantes Saavedra, defender algo o alguien por encima de todo a “capa y espada”; era la manera en que luchaban los verdaderos caballeros de armas, los paladines, aquellos hidalgos de convicción y nobleza espiritual; que con la mano derecha empuñaban su bracamarte y con la izquierda ya sin el escudo, destruido o extraviado después de tanto pelear, enrollaban la capa al brazo para amortiguar los golpes y esquivar el ataque enemigo.

Espada tipo Bracamarte, ancha de un solo filo, curvada en la punta.

La idealización de los espadachines a caballo se debe a los juglares, bardos y trovadores que se encargaban de difundir las hazañas épicas exagerando sus historias; algunas de ellas conocidas ahora gracias a la literatura del medievo; los cantares de leyenda heroica con ideales caballerescos, en los cuales la espada es un elemento tan importante, que incluso hasta las hay con nombre propio y mito.

Nota: Algo característico de la cultura medieval europea era que se regía en torno a la doctrina eclesiástica, por lo que en la mayoría de este tipo de leyendas está presente una atmósfera mitológica cristiana: ángeles, santos, y reliquias de ellos con poderes celestiales.

La Joyosa

La espada de Carlomagno (Dinastía carolingia), Rey de los francos y Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (siglo VIII), de quien podría decirse fue el fundador de Europa occidental.

Carlomagno

Según el poema épico El Cantar de Roldán describe a la Joyosa como una espada tan brillante como el mismo sol capaz de cegar al enemigo, que cambiaba su color 30 veces al día y que además era un amuleto protector anti veneno y que fue forjada con la finalidad de contener en su empuñadura, la punta de lanza con la que fue atravesado el cuerpo de Cristo en la Cruz por un soldado romano llamado Longino.

Hay una espada exhibida en el museo de Louvre de París que supone ser la célebre Joyosa al menos simbólicamente, porque obviamente no existe ningún documento antiguo que lo avale; es un tesoro nacional francés que estuvo presente en varias ceremonias de coronación entre ellas la de Luis XIV, el Rey Sol.

Joyosa

La Durandarte

Otra espada mencionada en el mismo poema épico, El Cantar de Roldán es la propia del paladín Roldan; supuesto sobrino de Carlomagno, que la recibió como regalo del emperador a los 17 años de edad tras ser nombrado Caballero del reino franco. La Durandarte que significa la duradera; guardaba en su empuñadura varias reliquias: un diente de San Pedro, una gota de la sangre de San Basilio, cabellos de San Dionisio y un trozo del manto de la virgen María.

En el poema épico se narra la batalla de Roncesvalles; que históricamente fue una disputa entre vascones contra las tropas carolingias, pero en la gesta poética se sustituye a los vascones (que dieron origen al reino de Navarra en la península ibérica) por un inmenso ejercito de sarracenos como solían llamar a los musulmanes, contra apenas doce jóvenes heroicos paladines comandados por Roldán y su poderosa espada.

Roldán recibe su Durandarte

Se decía que, al ser derrotados por el masivo ataque de los sarracenos, Roldán quiso destruir la espada golpeándola contra un collado rocoso, para ocultar la empuñadura y así proteger las reliquias santas, pero en vez de romperse partió a la prominente roca abriendo una brecha.

Brecha de Roldán, Parque de los Pirineos

Entonces al no poder destruirla la lanzó tan fuerte por los aires que se fue a incrustar en la grieta de un acantilado, cerca del río Alzou en Rocamadour (Roca de Amador), un lugar cundido de tradición y leyendas religiosas en Francia.

La Durandarte de Rocamadour

La espada fue retirada y actualmente está en el museo de historia medieval Cluny.

La espada de Juana de Arco

La doncella de Orleans, la heroica joven de 19 años que dirigió regimientos cabalgando con armadura y estandarte en mano por la libertad de Francia, en el siglo XV a punto de dar fin a la guerra de los 100 años (que en realidad fueron 116) contra las tropas inglesas, estaba convencida de que las voces en su cabeza eran mensajes de Dios a través de Santa Margarita (que escapara de la barriga de un dragón según tradición), de Santa Catalina de Alejandría (cuya historia es una copia de la vida de la célebre Hipatia, pero en un rol invertido como cristiana) pero sobre todo del Arcángel Miguel.

Juana de Arco Santa Patrona de Francia

Según una leyenda cuenta que el rey Carlos VII de Francia entregó una espada de acero a Juana quien la rechazó, le dijo que por orden divina solo había una designada para ella, forjada por el propio Arcángel Miguel, marcada con el símbolo de cristo; la cual debía buscar en una iglesia dedicada a Santa Catalina. Poco después el arma fue localizada por soldados de su regimiento de acuerdo a las indicaciones de la empecinada joven, en un poblado llamado Santa Catalina de Fierbois, enterrada cerca de una capilla; dicha espada era muy ligera y tenía grabada tres cruces.

No hay rastro de tal espada, algunos historiadores piensan que tal vez nunca portó arma por lo que tampoco mató a nadie, pero siempre llevó su estandarte guiando y dando carácter de ánimo y tesón a las tropas.

La espada en la piedra de la Rotonda de Montesiepi

En una iglesia de una localidad italiana llamada Chiusdino de la provincia de Siena, en la región de Toscana, existe una espada incrustada en una roca tal como se describe en series o películas sobre la leyenda del Rey Arturo, solo que su historia tiene otro origen mítico; se trata de la espada de San Galgano.

Espada de San Galgano

A inicios del siglo XI, según una leyenda cristiana, Galgano fue un caballero de armas, que tuvo una vida disoluta de taberna y libertinaje, hasta que un buen día, el Arcangel Miguel se presentó ante sus ojos con la intención de disuadirle para que abandonara esa frívola conducta y se consagrara a una vida religiosa, pero el joven se hizo de oídos sordos y continuó con su ritmo de trasnochada y tertulia; tiempo después nuevamente la epifanía del arcángel en la cima de una montaña le insistió, así que Galgano lo enfrentó esbozando una gran sonrisa de bribón diciendo: ¡Nunca jamás!, eso es inasequible, tan imposible como intentar clavar mi espada sobre esta piedra… y entonces algo extraordinario sucedió; la hoja de metal se incrustó como atravesar mantequilla. Su destino estaba predicho, a los 32 años dejó las armas, el vino y la liviandad para dedicarse a la benevolencia y la oración, construyó una capilla ; la Rotonda de Montesiepi, confinando la espada en la piedra.

Capilla de Montesiepi

La Excálibur

La espada más famosa de todas, la del Rey Arturo, el monarca idílico; valiente en batalla y ecuánime en las decisiones de la mesa redonda, aquella de los leales caballeros de la literatura europea, la llamada “Materia de Bretaña” o Mito Artúrico, que conforman varios textos de tradición celta, britano-romana escritos posteriormente en el siglo XII.

Nota: Los britano-romanos eran los habitantes nativos de Gran Bretaña durante el dominio Romano.

Espada romana tipo Gladius

Existen dos leyendas sobre dos espadas que pertenecieron al Rey Arturo, por lo que hay una confusión.

Primera leyenda:

En el poema “Merlín” de Robert de Boron, se cuenta que tras la muerte del rey Uther Pendragon, el mago Merlín forja una espada en la Isla de las manzanas conocida como Ávalon, el lugar donde habitan hadas y hechiceros. La formidable arma es clavada en una piedra y solo podrá ser desenvainada por el legítimo heredero del reino, aquel que sea digno merecedor por poseer un espíritu valiente con nobleza en su corazón. Y ahí es donde radica la belleza del texto por lo que es tan popular; sin embargo, no hay una certeza de que se trate de la Excálibur porque realmente nunca se menciona el nombre de la espada.

En otra versión la espada es incrustada sobre un yunque de metal que es colocado sobre una piedra.

Segunda leyenda:

En “El ciclo de la Vulgata” (una colección de cinco volúmenes) se narra que la espada de Arturo la que se supone fue hallada en la piedra, se rompe durante un combate contra Sir Pellinore (que después se convertiría en su amigo y caballero de la mesa redonda); razón por la que Merlín lleva al Rey Arturo a un lago de donde emerge Nimue, una ninfa del agua de la mitología celta y le entrega una espada; la auténtica Excalibur.

Excálibur
Nimue la Dama del Lago

La Curtana o Espada de la Misericordia

Cuenta una leyenda que un día la espada cayó en manos equivocadas y un ángel se interpuso rompiendo la punta con su cuerpo para evitar una masacre, por eso se le llama Espada de la Misericordia. También se le conoce por haber pertenecido a Tristán, otro de los caballeros de la Mesa Redonda, quien mató a un dragón.

La espada es una joya de la corona británica utilizada en ceremonias importantes.

La espada William Wallace

Conocido gracias a la magia del cine como Braveheart o Corazón Valiente; Wallace fue un caudillo escoces que luchó por la independencia de su país contra la tiranía inglesa en el siglo XI.

Sir William Wallace

Poseía una Claymore; que es un tipo de espada típica de las tierras altas de escocia usada por los famosos highlanders, muy pesada (dos kilos) con empuñadura para dos manos, con una hoja de acero de doble filo con una longitud total de 1.7 metros. Su leyenda radica en que el propio Wallace la forjó; usando la piel de un sanguinario comandante ingles de las tropas del rey Eduardo I de Inglaterra para la empuñadura. Hay una espada antigua que la representa situada en una urna de cristal, expuesta en el National Wallace Monument desde el año 1888.

Espada Claymore de William Wallace

La Tizona y la Colada

Dos espadas legendarias hechas con la mejor aleación, el famoso acero de Damasco; que supuestamente pertenecieron al héroe del “Cantar del mio Cid”, Rodrigo Díaz de Vivar mejor conocido como el Campeador, un caballero castellano que de acuerdo al poema épico intenta recuperar la honra perdida por su destierro, que lo llevó a convertirse en un mercenario luchando a veces al lado de Serracenos y otras veces en contra. La historia se remonta al siglo VIII, aunque la gesta fue escrita en el siglo XI.

El Cid Campeador

La Colada fue ganada por el Cid como parte del botín de guerra a un conde visigodo de Barcelona y la Tizona fue ganada en Valencia a al Rey Búcar de Marruecos, según leyendas.

Colada y Tizona

Hay una espada en la Real Armería del Palacio de Oriente de Madrid que supone ser la Colada, mientras que la supuesta Tizona se exhibe en el museo de Burgos.

«A aquellas antiguas espadas, a aquellos ilustres aceros, que encaman las glorias pasadas… Y al sol que hoy alumbra las nuevas victorias ganadas, y al héroe que guía su grupo de jóvenes fieros, al que ama la insignia del suelo materno, al que ha desafiado, ceñido el acero y el arma en la mano, los soles del rojo verano, las nieves y vientos del gélido invierno, la noche, la escarcha y el odio y la muerte, por ser por la patria inmortal, ¡saludan con voces de bronce las trompas de guerra que tocan la marcha triunfal!…» —  Rubén Darío, poeta nicaragüense 1867 – 1916 (Cantos de Vida y Esperanza)

Ministril era el oficio del músico de la Edad Media, fabricaba sus propios instrumentos y era contratado para tocar en celebraciones civiles, religiosas y privadas es casi sinónimo de juglar.

Publicación #29

ESCRITO POR MAGUMY

4 comentarios sobre “ESPADAS MEDIEVALES LEGENDARIAS

  1. Muy buena entrada! Excelente narrativa; sustentado en una investigación que presupone, los orígenes de espadas de épocas en las cuales se luchaba, tanto por la libertad como por la dominación. Un cálido saludo.

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